A medida que una empresa crece, también lo hace la complejidad de su operativa logística. Controlar inventario, coordinar pedidos, planificar compras o gestionar almacenes exige herramientas especializadas. En este punto surgen dos siglas clave: ERP (Enterprise Resource Planning) y SGA (Sistema de Gestión de Almacenes). Aunque muchas veces se confunden o se piensa que uno sustituye al otro, lo cierto es que cumplen funciones distintas y complementarias. Saber qué necesitas, en qué momento y con qué profundidad es esencial para elegir correctamente.
Qué es un ERP y cómo mejora la gestión global de tu empresa
Un ERP es un sistema de planificación de recursos empresariales. Su objetivo es integrar la información y procesos de todas las áreas clave de la empresa: compras, ventas, contabilidad, recursos humanos, producción, y también la logística. Gracias a esta centralización, permite una visión global y conectada de todo lo que ocurre en el negocio, ayudando a tomar decisiones informadas y a automatizar tareas administrativas.
En logística, el ERP puede controlar pedidos de compra, niveles generales de stock, movimientos de entrada y salida, y generar informes básicos. Sin embargo, su capacidad para gestionar la operativa diaria de un almacén de forma detallada es limitada.
Qué es un SGA y cuándo necesitas uno en tu almacén
El SGA, o Sistema de Gestión de Almacenes, es una herramienta pensada específicamente para controlar todo lo que ocurre dentro de un almacén, con un nivel de detalle operativo muy superior al de un ERP. Gestiona desde la ubicación exacta de cada referencia hasta los flujos de picking, la rotación de productos, la optimización de rutas o la preparación de pedidos por oleadas.
El SGA se convierte en esencial cuando tu almacén supera cierto volumen de movimientos diarios, trabajas con múltiples referencias o necesitas maximizar la eficiencia logística. También es indispensable si operas con varios centros logísticos, stock en tránsito o necesitas trazabilidad por lote, serie o caducidad.
Principales diferencias entre ERP y SGA
Aunque ambos sistemas pueden compartir ciertos datos (como referencias, pedidos o niveles de stock), sus funciones y objetivos son diferentes. Estas son algunas de las diferencias clave que deberías conocer:
- Alcance funcional: el ERP abarca toda la empresa, el SGA se centra exclusivamente en el almacén.
- Nivel de detalle: el ERP muestra stock por almacén; el SGA lo muestra por ubicación, zona y hasta por contenedor.
- Gestión de tareas: el ERP registra movimientos; el SGA los organiza, asigna y optimiza en tiempo real.
- Interfaz operativa: el SGA suele estar preparado para dispositivos móviles, lectores de códigos o integración con robots.
- Tiempos de respuesta: el SGA permite decisiones logísticas inmediatas; el ERP se enfoca en planificación y control general.
Funcionalidad | ERP | SGA |
---|---|---|
Alcance | Gestión global de la empresa (finanzas, compras, ventas, stock general) | Gestión específica y detallada del almacén |
Nivel de control | Stock por almacén o centro logístico | Stock por ubicación, estantería, lote o serie |
Tareas operativas | Registro de entradas y salidas | Planificación y ejecución de picking, reposición, cross-docking |
Visibilidad en tiempo real | Limitada al cierre de operaciones o informes | Actualización continua con trazabilidad completa |
Automatización logística | Básica o inexistente | Alta: rutas optimizadas, control por radiofrecuencia, integración con robots |
Usuarios principales | Dirección, finanzas, compras, ventas | Responsables de almacén, operarios, logística interna |
Objetivo principal | Control administrativo y planificación global | Eficiencia operativa y precisión en almacén |
Cuándo basta con un ERP y cuándo deberías considerar incorporar un SGA
En empresas pequeñas o con una operativa logística sencilla, un ERP bien configurado puede ser suficiente para controlar pedidos, stock y compras. Pero a medida que el volumen crece, los márgenes se ajustan y la eficiencia se convierte en una prioridad, aparece la necesidad de dar un paso más.
Estas son algunas señales que indican que tu negocio necesita un SGA:
- Tienes errores frecuentes en inventario o desajustes entre sistema y almacén
- Preparas cientos de pedidos al día y no puedes optimizar las rutas manualmente
- Tu equipo de almacén trabaja con papel o con procesos poco trazables
- Pierdes productividad por falta de organización o tiempos muertos
- Necesitas trazabilidad avanzada (por lote, caducidad, proveedor, etc.)
Si estas situaciones te resultan familiares, un SGA puede suponer un salto cualitativo en tu operativa logística, permitiendo escalar con control.
Cómo se integran ERP y SGA en una solución completa
Lejos de ser excluyentes, ERP y SGA pueden trabajar juntos de forma coordinada. El ERP sigue siendo el núcleo del negocio, centralizando datos financieros, administrativos y estratégicos, mientras que el SGA actúa como un módulo especializado que se conecta con el ERP para aportar detalle y agilidad operativa en el almacén.
Esta integración permite, por ejemplo, que un pedido registrado en el ERP se transfiera automáticamente al SGA para su preparación, seguimiento y confirmación. De esta forma, se mantienen sincronizados tanto el control administrativo como la ejecución logística.
Qué tener en cuenta antes de elegir una solución tecnológica para tu logística
Antes de decidir entre implementar un ERP, un SGA o ambos, es fundamental analizar a fondo:
- El tamaño actual y futuro de tu almacén
- El número de referencias y su rotación
- El grado de automatización deseado
- Los recursos internos disponibles para mantener el sistema
- La posibilidad de integración con plataformas de venta, operadores logísticos o eCommerce
Una elección mal enfocada puede generar costes ocultos, procesos duplicados o dependencia de soluciones que no escalan. Por eso es recomendable contar con asesoramiento especializado antes de tomar la decisión.
Cómo puede ayudarte una consultoría logística a elegir e implantar el sistema adecuado
Una consultoría logística no solo analiza tu operativa actual, sino que te ayuda a diseñar el sistema que realmente necesitas, sin sobredimensionar ni quedarte corto. Aporta experiencia en múltiples sectores, conocimiento de herramientas y capacidad para evaluar proveedores con criterio técnico y operativo.
Además, una consultoría puede acompañarte en la fase de implantación, integración y formación del equipo, evitando errores críticos, acelerando la adopción del sistema y asegurando que la herramienta se adapta a tu negocio y no al revés.
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